miércoles, 23 de febrero de 2011

Zelda, hiperrealidad y la niñez

The Legend of Zelda (Miyamoto, Tezuka, 1986) cumple 25 años. Este dato temporal; ¿qué le dice a un geek de 20 a 45 años? El dato nos dice como la magdalena le dijo a Proust. Nos recuerda que los tiempos se pierden e insistimos en recuperarlos. Siempre llevamos de la mano al niño, o nuestras incertidumbres. Shigeru Miyamoto nunca soltó al niño, siempre lo agarró fuertemente. No es casualidad que el resultado sea tan literario.

Veo en The Legend of Zelda la primera épica en los juegos de video. Creo que hago eco de un grupo considerable de geeks. También veo en The Legend of Zelda: Ocarina of Time uno de los títulos más importantes en la historia de este medio alternativo. La música de Koji Kondo es igual de épica que la poesía visual de Miyamoto. Este medio alternativo de arte pronto llegará al medio siglo. Si el medio promete tener igual o más longevidad que el cine, es gracias a gestiones colectivas de arte como la que aquí se reseña.

Tenía 18 años y me regalaron Ocarina of Time. Link era Link, pero se movía como yo, en tres dimensiones. El cabrón me simula, ¡y hay fucking eco! La primera vez que escuché ecos salir de una pantalla de televisión, por lo menos de esa forma. Epona y los light arrows se convirtieron en un vicio igual de frecuente que las puñetas.

El juego me dijo que no tengo que sentirme como una mierda por ser diferente. Miyamoto se convirtió en una especie de fetiche ideológico que apunta a una filosofía de vida. Me prometí nunca dejar de jugar. Ese mismo año vi la película Dark City, fumé yerba por primera vez, y perdí la virginidad.

The Legend of Zelda, y su legado, es bien importante para mucha gente. Tanto es así, que muchos artistas contemporáneos tienen a los sages como musas. La siguiente imagen* - o compilación narrativa de imágenes - es el trabajo de artistas. Una buena forma de abordar el trabajo es a partir de lo que el lector entienda por cine, cómics, arte y fantasía. Es una obra que toma, en muy buena forma, diversos medios visuales** para re-presentar la épica de Miyamoto. Una verdadera belleza. Miyamoto la tiene enmarcada en su cuarto.

Gracias, Shigueru, por compartir tu niñez con el Otro.
Domo Arigato, Mr. Roboto.



Notas:
*Imagen vía Evan Ocasio y Jean Carlos Lausell
**Si el lector desea complementar la experiencia visual con excelente música, puede pulsar el enlace a un cortometraje.



16 comentarios:

  1. Esto lo dice todo.
    http://www.youtube.com/watch?v=WF-7jPXvPEA&feature=player_embedded

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  2. Me refiero al Ganon del trailer. Me reí con cojones.

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  3. Para añadirle un toque a lo que es Zelda. En la versión dorada de Ocarina of Time el templo de fuego tenia canticos en musulmán. Naturalmente los mismos fueron removidos de las siguientes dos versiones 1.2 y 1.3 que eran los juegos grises que todos jugamos. Por fortuna mi primera jugada fue con uno dorado y esto honestamente le daba vida al templo. Aquí les dejo para que vean de lo que hablo http://www.youtube.com/watch?v=JDcQVzu_kc8

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  4. Zelda es la cosa mas grande que existe...

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  5. Zelda el cartucho GOLD... Ese fue el ultimo juego q termine... Despues de eso perdi la virginidad y Manny Colon como siempre ligando por la ventana....

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  6. Lol! Zelda debe ser una clase de historia en la escuela superior.

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  7. Zelda esta tan cabrón, que sus cartuchos tenían que ser de oro.

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  8. Cabrón... en serio. ¡Super epico! Al que no le guste zelda, que se mame un bicho. Te botastes Miguel tremendo post.

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  9. ¡El Tri-force es mi hostia puñeta! #geekería.

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  10. Excelente. Aunque Zelda no fue juego de mi época, concurro contigo. Creo que es excelente y se destaca como una gran aventura. Lo recuerdo con cariño, pues los he visto a todos ustedes crecer fascinados por esta aventura.

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  11. El juego me dijo que no tengo que sentirme como una mierda por ser diferente. Ahora entiendo porque me encanto ese juego tanto.

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  12. Quiero volver a jugar Ocarina of Time. Es un título que tiene música y tiempo en su contenido. La primera es un vicio y lo segundo, el tiempo, es una perplejidad con la que me gusta pelear. Pienso que los juegos de video son textos válidos para teorizar sobre las particularidades de la ficción contemporánea.

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