Mi experiencia con Dick —Phillip Kindred Dick— es como la de cualquier persona que haya nacido en la década de los ochenta: es, mayormente, cinematográfica. Yo tenía ocho años la primera vez que vi Blade Runner
(Scott, 1982), no más de 12 cuando vi Total Recall
(Verhoeven, 1990); en la primera década de este siglo vi Minority Report
(Spielberg, 2002) y A Scanner Darkly
(Linklater, 2006); The Adjustment Bureau
(Nolfi, 2011) es el primer Dickian
film de la segunda década de este nuevo milenio… también la vi. En otras palabras, es bien difícil que un cinéfilo, aun sin saberlo, no haya cruzado caminos con este gigante (y soy cinéfilo antes que bibliófilo). [Para seguir leyendo el artículo en
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