miércoles, 30 de mayo de 2018

¿antropo qué?

I am here when cities are gone.
I am here before the cities come.
I nourished the lonely men on horses.
I will keep the laughing men who ride iron.
I am dust of men.

Carl Sandburg [1]
I

Le debemos Antropoceno a Paul Crutzen, ganador del Nobel por su trabajo sobre la capa de ozono: “We’re no longer in the Holocene but in the Anthropocene!” [2] Él entiende que “The stratigraphic scale had to be supplemented by a new age to signal that mankind had become a force of telluric amplitude. After the Pleistocene, which opened the Quaternary 2.5 million years back, and the Holocene, which began 11,500 years ago, ‘It seems appropriate to assign the term “Anthropocene” to the present, in many ways human-dominated, geological epoch’”. [3]

Es bueno empezar por algunos fundamentos: Este universo tiene 13.8 billones de años. Estamos en el eón Fanerozoico; este se divide en eras — estamos la Cenozoica; las eras se dividen en períodos — estamos en el Cuaternario; éstos se dividen en épocas — la actual es el Holoceno (los últimos 11,550 años del Periodo Cuaternario).


No basta con repasar las unidades geocronológicas para dar cuenta de Antropoceno; un evento más que una palabra. También ayuda The shock of the Anthropocene. Aquí Bonneuil y Fressoz navegan la estela de interpretaciones que resultan de la palabra. Esta permuta a “Phagocene,” “Capitalocene,” “Anglopocene,”. Versiones que ilustran nuestra relación con el planeta. Estas permutaciones son posibles porque Antropoceno — como el metal líquido — no está cristalizada. 

Estamos ante el reto de nuestros tiempos. Digo nuestros, incluyéndome: un millenial que fue niño antes de Internet. Los que vengan después se enfrentan al legado atómico de La Gran Generación; marcó la cara de la Tierra por los próximos eones. El pugilato generacional nunca paró y el costo existencial de esto es demasiado alto. Entonces me pregunto: ¿Es inmoral tener progenie nueva en la Tierra, en la estela del principio del fin? ¿En medio de vorágines literales, metafóricas, locales y globales? ¿A caso esta reseña es otro ejemplo de apocalyptic porn

Sobrevivir el nuevo régimen climático implica considerar la probabilidad de que, por mencionar un ejemplo entre cientos, la agencia humana y la sexta extinción masiva estén relacionadas. Dicho esto, aquí comento sobre el concepto según libros, artículos, apologistas y detractores. Esta reseña promete partes iguales de culpa, deuda, alfa y omega. 

Perdonen el tono escatológico, pero el legado se mide en eones y épocas. Ya no basta con La Historia. Y es que Antropoceno es importante: “It attributes practical — that is to say, stratigraphic — truth to the notion of epoch as studied by a historian”. [4] En otras palabras, la agencia humana se mide en terawatts, unidad para medir la energía de un volcán o una placa tectónica. No es fácil aceptar la hipótesis de un locus humano en la historia natural del planeta; no pensamos en pasados geológicos. Si manejamos el pasado, siempre es en la historia; casi siempre después de Cristo. Nos está malo bregar con cifras cosmológicas. Incomoda meterle mano a tanta vastedad. Antropoceno incomoda porque ahora el cronómetro es la longevidad de un meme.   

La palabra se discute en muchas disciplinas — filosofía, geología, antropología, sociología. Unos señalan que la culpa no debe caer en toda la humanidad “After all, the “humanity” that put most of the greenhouse gases into the atmosphere, created global commodity markets that have industrialized agricultural land use, started the sixth great extinction, and contributed most of the toxins and plastics that line the world — in other words, the anthropos of the Anthropocene — is good old homo europeanus”. [5]

Otros critican el antropocentrismo en la idea “To their ears, the term seems to celebrate human control and putting selfish human interests first. This is a more or less traditionally environmentalist objection to human selfishness and hubris”. [6] Finalmente, están los que abogan por revisar nuestra relación biótica con los biomas que quedan, These “post-humanist” thinkers want to talk about incorporating other species into democratic life, extending citizenship to them, developing extensive social and ethical relations with them. They want to think of the world in animistic terms, as full of consciousness, full of points of views — from other animals, but maybe also the wind, the storms, a tree”. [7]

II

— @SUDORPUNK

Antes de nosotros: cuando una libélula era del tamaño de un guaraguao. Después de sapiens: cuando polietilenos sobrepasen los metales preciosos. El plástico ocupará espacios reservados para diamantes. Trillones de kilogramos por kilómetro cuadrado. En todo este rollo, ¿Qué es Antropoceno?, es una pregunta importante. Obliga a meterle mano al Tiempo (mayúsculo cuando su vara es Big Bang). La palabra —“a debatable term for an uncertain epoch” [8]— interpela a vivir con la culpa. Ya no hay vuelta atrás, ya no basta el reciclaje. Se queda corto rasgar vestiduras con la boca llena de tofú — los bolsillos llenos de tolta. Poco vale el gesto vegano. Ya consumimos el planeta. Ignoramos las casandras (la historia está hecha de pichaera a las casandras): “Charles Fourier diagnosed ‘a decline in the health of the globe.’ The underlying source of evil was social: it was individualism that led to deforestation and the exhaustion of natural resources. ‘the climatic disorders are a vice inherent to civilized culture; it overturns everything… by the struggle of individual interest against collective interest”. [9]

Además de Bonneuil & Fressoz, Bruno Latour ofrece luces a este nuevo meme. El pensador francés, controversial por sus argumentos en torno a la ciencia y las humanidades, está de acuerdo con sus compatriotas, citados en la primera parte de este ensayo: “The argument made by Bonneuil & Fressoz in The Shock of the Anthropocene is hard to refute: our predecessors have never stopped deploring the same catastrophe in the same terms, they have kept on warning us of the same threats.” [10]. A pesar de los cantos de sirenas y de las advertencias centenarias, el último capítulo de la humanidad en este planeta se empezó a escribir el 16 de julio de 1945: “The clear radioactive signals left by atomic explosions offer a serious candidate for the “golden spike” [la máxima evidencia] easy to detect throughout the world.” [11] No bastó con fisionar núcleos pesados. Aprendimos a consumir audazmente. Complicamos la vida con el deseo...rompimos el imperativo epigenético.


























La culpa no es huérfana, es hija de un pasado reciente; escrito por España, Portugal, Francia, Estados Unidos de América, El Imperio Británico, Holanda….¿Becerrillo, mascando huesos nativos, estaba escrito en las estrellas portuguesas?; ¿Barrigas de barcos, llenas de africanos, eran inevitables? ¿Se daba cuenta de dividendos y huracanes en el libro mayor de La Compañía de las Indias Orientales? Después de considerar la larga estela de culpas trasatlánticas, Antropo carga demasiada. Dicho esto, Angloceno me parece más acertada para demarcar la estratigrafía: “Anglocene: the combined carbon emission of England and USA still remains higher than that of developing countries.” [12] Los europeos necesitaban azúcar para el café; los estadounidenses necesitaban guineos frescos en altas latitudes….

Fressoz, Bonneuil, Latour: la lengua oficial de las casandras modernas es el francés. En este ensayo cité traducciones al inglés de argumentos tomados en cuenta al momento de trazar el tratado de París. No exagero si esto no se toma en cuenta en Puerto Rico. Las consecuencias de estas gríngolas prometen ser catastróficas — apenas el prólogo de una catástrofe, prolongada por las reverberaciones históricas del colonialismo. En otras palabras, el bottom line nunca dejó de ser la máxima espuela en la política pública de Borínquen.

Perdonen el tono apocalíptico, pero el 20 de mayo se cumplieron 8 meses de María en Yabucoa. La Macacoa nos respira en el cuello. Y en la condición boricua, La Macacoa tiene 3 cabezas: ELA, EUA y Antropoceno — esta noción promete precariedad al hemisferio más soleado (siempre ha sido así). Ya estamos en el umbral: la culminación de nuestra esclavitud a la vanidad; la factura de la adicción al deseo. Y ahora — aún después de una caricia del Antropoceno, después de una secuela a San Felipe — persisten los oídos sordos, los ojos ciegos y las bocas mudas. 

Notas

[1] Sandburg, Carl. Selected Poems. Página 177. Ed. George Hendrick and Willene Hendrick. USA: Harcourt Brace, 1996.
[2 -- 7] Bonneuil, Cristophe and Jean-Baptise Fressoz. The shock of the Anthropocene. Brooklyn: Verso, 2016.
[8] Latour, Bruno. Facing Gaia: eight lectures on the new climatic regime. Polity: Massachusetts: 2017.
[9] Bonneuil, Cristophe and Jean-Baptise Fressoz. The shock of the Anthropocene. Brooklyn: Verso, 2016. 
[10 -- 12] Latour, Bruno. Facing Gaia: eight lectures on the new climatic regime. Polity: Massachusetts: 2017.

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