miércoles, 9 de abril de 2014

Rito

Titán. 
En una abadía que lee en su iridiscente— 
Dorada-Verde-Amarilla-Azul-Rosada— 
Y transparente puerta:
PKD, que Chuíto el de la Gnosis te tenga en su canapé
Hay una pantalla cristalina, de materiales exóticos,
Con la cara sonriente de un hombre joven.
El hombre está en una luna joviana;
Detrás de él orbita Saturno, multicolor y gigante—
La estrella fallida casi llena el cielo.

La pantalla está en una mesa con un cuadrado;
Hecho de millones—quizás millardos—
De blandos dedos milimétricos.

El cuadrado de dedos es un aparato que
Responde a las manos del hombre sonriente.

El hombre mueve sus manos frente a cámaras en Titán;
Los blandos dedos las replican en la abadía.

El hombre cierra un puño en Titán;
El cuadrado de dedos milimétricos lo replica en la Tierra.

**** 

Posado sobre el cuadrado billonario—quizás trillonario—de cilios,
Hay un bebé clonado, artificialmente creado, durmiendo;
El joven titánico y sonriente mira el bebé durmiendo.

Unos cuantos cientos de miles—quizás millones—de blandos cilios,
Tocan la espalda del bebé. Ahora, poco a poco, replican brazos del lunático titánico.

El bebé ríe. Y un androide que soñaba con ovejas eléctricas, despierta.
El androide—un monje in situ que lleva en la abadía diez siglos—dice:
Zagreus se sentó en el trono de Zeus y tiró relámpagos; Los titanes lo destrozaron y Zeus lo resucitó en Dionisio. También será destrozado este niño—el último humano en la Tierra— Por un titánico. El último sacrificio, el último mártir.  
Se acabaron los cristos.

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