domingo, 15 de mayo de 2011

Un bon cunni



Caminé solo
y estaba como boca e' lobo.
No podía ver mis manos
y las tenía de frente, lo juro.

Me olvidé de los ojos;
como si Mr. Miyagi fuera mi sensei.
Ahora la música me sabe deliciosa,
el aire es caliente al tacto;
ni Süskind puede describir el olor.

Se siente bien estar rodeado
de tanta oscuridad,
tantos olores y tanto calor.

Estoy en una cueva
y desde sus entrañas suben
prístinos y familiares sonidos:

"Te amo".

2 comentarios:

  1. Interesante meditación sobre el silencio y la quietud.

    Saludos,

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  2. Gracias por leer y comentar. Saludos.

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